El escondite

Este no es tu lugar. Vives en un mundo que no te pertenece. No sientes ninguna identificación con él. Todo es un agobio, te sientes prisionero de la multitud. Has dejado todo atrás persiguiendo un sueño, que has descubierto que no se va a cumplir.

Todo te recuerda a ese recóndito lugar donde eres aceptado, donde todo te parece normal y puedes vivir libremente siendo tu mismo. Tu pequeño espacio en el mundo, donde poder reír o llorar. Un lugar donde esconderte cuando no quieres que nadie te encuentre. Un pequeño paraíso cerca de las personas importantes de tu vida. Donde, pase lo que pase, te sientes a salvo y allí la tristeza tiene la vida muy corta. La tierra donde has crecido y has establecido tus raíces. Todo tiene un significado especial y todo te resulta familiar, aunque te quede mucho por explorar.

Se trata de un paisaje frondoso, donde puedes dar un paseo mientras respiras el aire fresco y los rayos de sol te iluminan la cara, como una llama ilumina el fuego. Te sientas en el césped tomando contacto directo con la tierra, mientras respiras ese aire tan purificador que solo ese lugar posee. Tus ideas se aclaran y la relajacion es absoluta con tan solo adentrarte en él. Te sientes protegido, recuperas la seguridad en ti mismo y las ganas de luchar contra viento y marea. Es un lugar acogedor que te arropa y te enamora.

Si quieres recordar o simplemente esconderte, sabes que este es tu sitio. Un hogar que recoge las penas y alegrías de mucha gente, sin jamás desvelarlas. Es tu mejor consejero porque te conoce mejor que nadie. Y, aunque un día quisiste huir, siempre estará dispuesto a acogerte y a sorprenderte

Elodie Rodríguez