LEMBRANZAS DE UNA MAESTRA DE PUEBLO

Florinda co seu alumnado da escola de Arnuide
LEMBRANZAS DE UNA MAESTRA DE PUEBLO

Rosa Trujillo Bolaño

ESCOLA RURAL DE SAUDE DA LIMIA

“Pasas más hambre que un maestro de escuela…”

Refrán popular

Se decía en la época del ingreso en magisterio de Florinda (1959).

Llegamos a Arnuide. El rio Arnoia transcurre dejando un paisaje romántico, lleno de vegetación y flores; un puente de estilo románico comunica la iglesia con los barrios de la parroquia: Iglesia, Cáncillos, Penadiz, Aldea de arriba, Aldea de abaixo y Vilanova, el sitio donde estaba la escuela, ahora el centro social y el tanatorio. Entre la niebla del otoño se observan figuras vagas que se desdibujan, sólo se presienten, hay una sensación de otras dimensiones, de fantasmas y presencias.

Lola Rico y yo, llegamos a casa de Pepe-José García Salgado, el marido de la maestra Florinda. El recuerdo de su muerte todavía está fresco en la memoria de los vecinos y se hace imborrable en la memoria de Pepe que vive solo en la casa que vivieron juntos y formaron su familia. Al rato,Lola se va a cumplir su trabajo en la Escuela de Salud de Arnuide.

Florinda con su madre
Florinda con su madre

Hacía ya tiempo que pensábamos entrevistar a Florinda, pero las circunstancias fueron evitando esta entrevista. Ella era una de las mujeres más longevas del grupo de La Escola Rural de Saude de Arnuide. La posibilidad de entrevistarla surgió de manera simultánea con la enfermedad que se mantuvo escondida, como uno de esos venenos astutos que rápidamente se introducen en nuestro cuerpo, hasta que nos bloquean la respiración. No se supo de su presencia hasta que fue anunciada tímidamente por las autoridades, ya había pasado el carnaval y luego la conmemoración del 8 de marzo y los espectáculos del futbolt. Supimos entonces que un virus letal se extendía rápidamente por el mundo, y empezamos a vislumbrar a las primeras victimas mortales. A Florinda no la pudimos entrevistar porque se encontraba junto a su esposo en Santiago, al lado de sus hijas, ambos se enfermaron y superaron la enfermedad; ella posteriormente tuvo una recaída, tenía insuficiencia renal y cardíaca, estuvo ingresada tres veces, le colocaron transfusiones sanguíneas en tres oportunidades y no llegó a recuperarse, falleciendo en la clínica La Rosaleda de Santiago.

Tal vez, si esta pandemia hubiera sucedido en la segunda mitad del siglo veinte, Florinda estaría en la escuela de párvulos de Arnuide enseñando en castellano y en explicando a hurtadillas en gallego el significado de esa palabra y sus consecuencias. ¿Cómo protegerse? ¿Cómo continuar? En ese mismo lugar se reúne la Escuela Rural de Saude de Arnuide, allí mismo recibía clases Florinda de educación para la salud con el grupo de mujeres que la integral cerrando el círculo educativo de su vida.

Florinda  con Pepe
Florinda con Pepe

Pepe nos ha recibido en su casa, que también era la casa familiar que ambos habían formado junto a sus hijas. Abrió la puerta rápidamente y así también abrió su corazón al recuerdo en voz alta, lo hace de forma absolutamente generosa.

Está lloviendo y las flores se manifiestan felices, las diminutas gotitas de agua resbalan por sus pétalos deseosos de humedad, una sensación de encuentro prematuro con el invierno nos hace temblar de frio.

Al fin estamos en la casa de Florinda y Pepe, y nos corresponderá entrevistarlo a él, porque ella ya no está. En los comienzos de la entrevista recordamos el interés que tuvimos por entrevistarla a ella y las dificultades surgidas por la enfermedad de Florinda y su posterior muerte. Pepe se estremece y en su semblante se observa la tristeza propia de las parejas que han perdido a su compañera o compañero después de haber compartido casi toda la vida.

“Era una muerte anunciada, la médico le dijo a las hijas que se despidieran de ella. Estuve quince días sin salir de la habitación. La enterramos en el cementerio de Arnuide. Mucha gente asistió al funeral, la iglesia estaba abarrotada de gente”

Las palabras transcurren naturales y también los recuerdos de Florinda, la memoria compartida por ambos, los registros de sus actividades laborales y la historia familiar y de amigos, celebraciones, conmemoraciones, festejos, vacaciones, registrada en documentos y fotografías. Los recuerdos de sus primeros encuentros amorosos.

Pepe nos cuenta que se conocieron desde niños. Recuerda que ese primer encuentro se lo contaba ella porque él particularmente no lo tenía registrado de manera tan nítida. Ambos ayudaban a sus familias en el campo y en las fincas.

“Yo iba al monte en una yegua. Los bueyes hacían el trabajo de la labranza. Cuando ella me vio en la yegua, yo tendría diez años; ella también tenía diez, iba con sus vacas, cada uno llevaba el ganado de la familia. Aquí en Galicia, todo es un minifundio, no hay concentración, todo está repartido”.

Florinda escola rural de Arnuide
Florinda escola rural de Arnuide

Se dice que fueron menos cruentas las consecuencias de la guerra civil en Galicia que en el sur de España, por esta razón del minifundio, aunque la mayoría de la gente era pobre, tenían para comer debido a la existencia de la propiedad de las tierras familiares que cultivaban y a los animales que criaban y araban la tierra, en los sitios donde la tierra estaba concentrada en pocas manos y existían los latifundios, la gente pasó mucha hambre, eso dicen, aunque la guerra siempre tiene consecuencias devastadoras para todos, se expresaba de manera distinta en cada lugar…

Pepe continua la historia anterior: “ Nosotros nos vimos desde niños, pero no nos tratamos, se conocían nuestras familias. Yo pasaba delante de su casa a coger el coche de línea para ir a Ourense. La parada estaba cerca de la casa de Florinda. Empezamos a vernos realmente en 1960. Yo estaba en una fiesta del pueblo, quería acercarme a ella y no sabía cómo hacer, así que decidí preguntarle por la dirección de una de sus amigas. Había pasado once años en el seminario; allí habíamos hecho votos de pobreza, castidad y obediencia. Podías continuar o salirte. Yo estaba haciendo para ese entonces teología y empezamos a dialogar. En esa época ya estaba haciendo la mili y comencé a escribirle cartas y ella me contestaba y, cuando venía de vacaciones nos veíamos, estuvimos dos años escribiéndonos cartas. Compartíamos la cultura, y el amor por el conocimiento, comenzamos en juego y terminamos en serio casándonos. Ella era maestra en propiedad y yo hacía las oposiciones.”

No fue fácil para Florinda y para él tampoco, graduarse de maestros.

Mientras continúa hablando, se excusa y se levanta diciéndome que va a buscar fotografías y algunos papeles que tiene archivados. Los coloca sobre la mesa, me puedo dar cuenta que están archivados con gran meticulosidad y mucho esmero. Los documentos están limpios, protegidos de la humedad. En esas carpetas se encuentra la historia laboral de él y de Florinda.

Me recuerda los afectos de mi padre y la gente de aquella época por las cartas y la manera en que mi padre construyó él mismo los archivos de nuestra familia.

Florinda con Serafina García su amiga
Florinda con Serafina García su amiga

Es algo fascinante ver cómo desde esos archivos se puede comprender parte de la historia de un pueblo, de una nación; con cuanto amor Pepe nos enseña los diplomas de Florinda, sus oposiciones, sus exámenes, los cursos realizados en todos esos años, las escuelas en las cuales estuvo antes de llegar a ser propietaria de la escuela, los cursos de perfeccionamiento del magisterio para avanzar en la enseñanza y la pedagogía, las prohibiciones y sanciones en cuanto a la enseñanza de los idiomas distintos al español, eran ordenes que recibían los inspectores, formaban parte de una política del estado franquista.

“Ella era maestra en propiedad en la que en definitiva fue su escuela en Barxela de Maceda. Iba y venía todos los días en bicicleta, andaba tres km de ida y tres km de vuelta. La vida entonces era restringida, en los pueblos no existía el agua corriente, ni luz eléctrica, ni aseos…ella logró colocar en su casa agua corriente haciendo un pozo.

En ese entonces eran tres cursos de magisterio y al terminar se debían esperar las convocatorias de oposiciones, a veces, hasta 2 o 3 años. Normalmente había diez opositores por plaza y si aprobabas la oposición te adjudicaban una escuela”

Pepe es un hombre bien parecido y elegante, con una fascinación por la historia, es un buen conversador y con él se respira una gran paz y tranquilidad. Yo tengo en mis manos los archivos familiares y como los ladrones, los escritores somos seres ávidos de historias, queremos saber más. Acaricio esos papeles, me parece mentira poder tenerlos entre mis manos, esa biblioteca familiar, ese libro oral de la historia; en este momento, la de mi familia flota en una dimensión paralela junto a los diplomas, las cajas con fotografías, los objetos se sienten al tacto; llevan sellos perforados en el papel, y también registros húmedos y firmas hechas a plumilla por las autoridades educativas nacionales y de Galicia de la época.

Sigo escuchando a Pepe, entre pausas, lo insto a continuar; quiero saber más de Florinda, de esa mujer que no pude llegar a conocer en persona, parece como si su historia estuviese tan ligada afectivamente que la cuenta como si fuera la propia.

“Pues si aprobabas la oposición te adjudicaban una escuela en propiedad provisional y podías optar a un concurso de servicio y te adjudicaban en plaza fija. De hecho, muchos opositores salían a la provincia, para ir a otras provincias hasta que encontraban una plaza que les interesaba. Las mujeres se encontraban más cerca de su vivienda que los hombres, las escuelas mixtas se las daban a las mujeres; los hombres solo tenían escuelas unitarias de niños.

Cuando nos carteábamos hice magisterio por libre estando en la mili. Ella era muy alegre y le gustaba mucho bailar, pero era retraída, más bien reservada. Disfrutaba mucho las fiestas y verbenas. Ella iba y venía a Arnuide. Tenía por lo menos diecinueve niños de edades comprendidas entre seis y catorce años.

Florinda  con Pepe
Florinda con Pepe

Hacíamos programas, intercambiábamos ideas, ella era una de las personas más afín a mí en conocimientos en el pueblo. En ese entonces existían las enciclopedias de Álvarez, en un solo libro estaba todo. Editorial Álvarez se había introducido en todas las escuelas. Más adelante ella hizo un curso y se quiso pasar a parvulista.

Aquí en el pueblo de Arnuide existían cuatro escuelas y una era de párvulos. Ahora no existen ya las escuelas unitarias, porque hay concentraciones escolares municipales, los maestros son por especialidad; matemáticas, lengua, historia, etc. Nosotros siempre nos estábamos actualizando y perfeccionando, haciendo cursos y compartiendo nuestro trabajo…”

En este maravilloso y cuidado archivo familiar pude acceder a la historia laboral de Florinda y ver algo de su recorrido, pude observar sus fotos de niña, de joven, de mujer adulta y de madre y se que hizo un extenso recorrido como la mayoría de las maestras de entonces. Aquí dejamos testimonio de las notas tomadas de sus documentos: Louresess de los blancos, maestra sustituta 28-10-1958 a 20-01-1959, Castiñeira-Vilariño de Couso, desde 7-10-1950 a 27-03-1960, San Martin de Baltar, propietaria por oposición, 20-03-1960 a 31-10-1960, Escuadro-Maceda, concurso voluntario, agosto 1960-sep 1961. 31-10-1962, ascenso. Barxela-Maceda Concurso voluntario, 28-05-1962 hasta 1970. Arnuide, 31 de agosto de 1962 hasta su jubilación en 1997. Años antes de su jubilación estando en párvulos formó parte del tribunal de oposiciones en Ourense.

Ambos tuvieron dos hijas que actualmente son farmacéuticas, María José García Gómez y Sonia García Gómez. Las ayudaron a conseguir sus farmacias y actualmente ellas se desempeñan en esa profesión en la ciudad de Santiago.

“Florinda era muy apreciada por los niños y los padres, ella lograba que los niños se familiarizaran con la escuela, ya que había niños que no querían desprenderse de sus padres. Había que seguir unas normas que daba la inspección, perseguían el idioma gallego y en los informes de los inspectores decían que se hablaba mucho gallego. Las explicaciones en la escuela no se podían dar en gallego. Si se daban clases en gallego lo reflejaban en el cuaderno de inspecciones, no era bien visto y dejaban constancia de ello, como ya le dije anteriormente era la España de Franco, la dictadura…algunos maestros tenían problemas por sus ideas políticas”

Nos quedamos pensando, tratando de trasladarnos a la época con esta historia, mientras vamos viendo la cantidad de fotos que nos trajo Pepe y encontramos un reconocimiento de sus compañeros de trabajo que ellos tienen en el salón de su casa, al igual que muchos otros de los alumnos, en este caso queremos transcribir a Uds. la dedicatoria en gallego que le hicieron sus compañeros de trabajo por su jubilación en el año 1997.

“Agarimo dos teus compañeiros de sempre dexexamosche que pases con delicia e saude a tua xubilación, cuerpo de maestros 31-10-1958”

Bien sabemos que en la actualidad se presta mucha importancia al idioma y a la cultura gallega en la región de Galicia y en el resto de las regiones de España. Se enseñan los idiomas propios de cada autonomía o región, quizás en algunos lugares se observa el peligro contrario, dejar de enseñar la lengua de Cervantes, alejándose un poco del proceso de interculturalidad, puentes fantásticos para la paz y la profundización del respeto social.

Es importante recordar, nos dice Pepe que Florinda durante el ejercicio de la profesión de magisterio cuidó a sus padres y a sus suegros. Atendía la escuela y venía a dormir con sus padres y atendió a sus suegros por meses, alternando con sus cuñados.

Nos gustaría seguir escuchando a Pepe, continuar preguntando algunos secretos del latín y del griego a este gran maestro, pero el tiempo, gran amante de la separación y de las transformaciones, nos dice que vendremos en otro momento.

Él nos sigue hablando mientras nos invita a conocer la casa y las labores de Florinda, parte de sus secretos, las muñequitas vestidas con los vestidos tejidos, la organización de la casa, las plantas, la chimenea, los recuerdos de los viajes y tantas cosas juntos. Es un espacio acogedor que ambos crearon en cincuenta y nueve años de matrimonio en los cuales Florinda hizo escuela y siguió hablando en gallego con todo el mundo, era el idioma de sus padres y de su pueblo.

La historia de Florinda nos refleja a una apasionada de la pedagogía y de su tierra, su cultura, su idioma, sabemos que hemos conocido a la maestra de Arnuide por la boca de su marido, un hombre amante de su mujer y amante del conocimiento, Pepe, el esposo de Florinda la maestra de Arnuide quien posteriormente nos llama por teléfono y nos sugiere el título de esta entrevista: lembranzas de una maestra de pueblo.

R.M.T.B.