Necrológica de un maestro de albañilería

Necrológica de un maestro de albañilería
SANTIAGO TOVAR BOBILLO

El día 9 de octubre,  La Región daba la noticia de que un albañil, José Villarino Santos, se había matado en Guillamil (Rairiz de Veiga), ya que había caído de un tejado. Tenía 60 años. Era mi amigo y tengo que decir que era también amigo de toda la comarca. De mente tenía sobre 50 años. Era animoso, alegre, sonriente, campechano, optimista, dispuesto, trabajador, competente, suficiente, habilidoso, adaptable. Lo suyo era de todo el mundo. Fue el maestro de todos los albañiles de la zona. Nunca echó una bronca a sus empleados. Los trataba como hijos suyos y les enseñó la profesión a todos ellos con delicadeza, cariño y sin tapujos. Era muy sentimental. Su mujer Olivana hace todo sin escatimar tiempo. Sus hijos, Alberto y Marcos, ejemplares en educación y en  trabajo. Él, más conocido por el apodo o sobrenombre de Trelle, estaba muy orgulloso de la forma de pensar y de actuar de sus hijos. Esto lo manifestaba con mucha frecuencia. La familia para el era lo máximo.

Su primer maestro en albañilería fue Eliseo Barreiro vecino de la Pereira-Rairiz de Veiga. Trelle llegó a superar al maestro en el 10.000%. Se fue a Suiza, por espacio de siete años y de compañeros en albañilería, tuvo a José o Pequeno da Pereira y a su sobrino Jesús de Nigueiroá. Trelle también era nativo de Nigueiroá y se casó en Rosén. Era intuitivo y al mismo tiempo manejaba la enciclopedia de la construcción. Todo le salía bien por el empeño en su profesión, por su honradez y su honestidad. La felicidad siempre le acompañaba y perennemente la llevaba en su espalda. Lo que pasó en ese día fatídico del 7/octubre/2013, fue que el destino estaba escrito, se cumplió la frase de, tal día y a tal hora.

Será difícil de olvidar a un personaje de tal trayectoria.

Tu buen amigo, Santiago Tovar Bobillo.