Recuerdos

Antaño, las actividades extraescolares deportivas que existían en Xinzo  eran muchas y variadas: fútbol, fútbol sala, badmiton (es verdad que no duró mucho), ciclismo, baloncesto… y un deporte atípico para una villa como la de Xinzo: el Judo.

Recuerdo que comencé a ir a los 8-9 años y, como la mayoría de los que estábamos allí, empezamos porque conocías a alguien que ya estaba y contaba lo divertido que era.     En ese primer año mi memoria es borrosa: yo iba con mi amigo Tino al colegio Rosalía de Castro. Allí, en su “Gimnasio-Patio-Salón de actos” nos reuníamos un gran grupo de gente para hacer caso a nuestro maestro Pepe. De allí nos trasladamos al Pabellón, con unas instalaciones más adecuadas: parking para las bicis (nunca nos llevaban nuestros padres, ¿cómo ha cambiado eso no?) con colchonetas nuevas, vestuarios decentes, y muchas ganas de pasarlo bien. Con una base firme que fue formando nuestro maestro Pepe Dacal (impagable su labor, luego daría clase a nuestras madres en gimnasia de mantenimiento), llegaron los primeros campeonatos provinciales con judokas limiaos que llegaron a los primeros puestos. Éramos una gran familia que, como en otras cosas, se va desgajando por diversos factores (te haces mayor, vas a otras actividades, los estudios…).

El deporte en Xinzo siempre dio sus frutos y, lo que es más importante, formó a gente. Sí que es cierto que en nuestro pueblo siempre tuvo más preponderancia el fútbol o el fútbol sala, pero había mucha variedad para que se pudiese practicar dos o más deportes.     Hoy en día me consta que, gracias a unas pocas y batalladoras personas, el deporte continúa vivo. Evidentemente hay que agradecer el trabajo que siempre hizo el monitor “todoterreno” Suso Fariñas (te podía dar clase de cualquier deporte), un puesto que en la actualidad cogió un loco del baloncesto: Óscar (conocido por el “apellido” de la Mimos).

No me gustaría terminar sin escribir sobre un hecho muy importante. Hay una escuela deportiva que empieza a dar que hablar a nivel ourensano y gallego. Es la escuela de atletismo de Xinzo. Llevado por uno de mis mejores amigosRubén Diz,  se ha ganado este puesto a pulso con su extenso currículum (que sigue aumentando los fines de semana).  Tiene 40 chavales dedicándose a uno de los deportes más duros y competitivos que hay (no hay excusas de árbitro ni de entrenador ni de compañeros), y haciendo una labor educativa, social e integradora impagable (los  chicos y chicas marroquíes “nacionalizados” limiaos conviven y hacen amistades trabajando muy duro cos da nosa terra).

Deseo que los chavales que están en las escuelas deportivas (de atletismo, de fútbol, de baloncesto o de lo que sea) tengan esas mismas oportunidades que tuvimos muchos, y  que plasmo hoy aquí. Y sobre todo, QUIERO que se les apoye desde las instituciones. Ahora, en plena época de recortes, sería injusto y hasta temerario perder a varias generaciones de chavales que no tendrían nada que hacer por las tardes, con todos los peligros que eso conlleva. Hay que recordar que invertir en deporte de base es otra forma más de educar y de INTEGRAR, y que los frutos de esta inversión se ven a corto y a largo plazo.

“En el juego y en el deporte, el niño siempre gana algo” Gabriel Jesús Moreno.