“AS COIDADORAS DO PATRIMONIO CULTURAL DE SARREAUS”

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“AS COIDADORAS DO PATRIMONIO CULTURAL DE SARREAUS”

ROSA TRUJILLO BOLAÑO-ESCOLA RURAL DE SAUDE DA LIMIA

Aquellas piedras do Penedo de Arangaño, tenían una vida extraña, milenaria,

unos ojos, unos oídos, una boca. Hubiese jurado al tocarlas,

que escuché muchas voces de mujeres empeñadas en la sanación de sus hijos…

Están vivas, tan vivas, que sus poderosos mensajes traen revelaciones y secretos

de la partida y permanencia de nuestros seres más amados…

Waniko Celta

“Lo que más me ha gustado de mi trabajo es ir a los pueblos. Hablar con la gente, reunirnos con las mujeres. Abrir las escuelas cerradas y las iglesias, visitar los antiguos fornos y recorrer estos caminos…”Esas son las palabras de Lola Rico, ambas venimos de Xinzo al rural de La Limia y nos encontramos con as mulleres del rural de Sarreaus en el antiguo forno do pobo que hoy sirve de centro social. Vamos visitando muchos otros pueblos que en apariencia están abandonados y solos.

Los montes, los valados, las veredas y leiras nos hablan y sentimos la necesidad de saber más. Parece que de esas casas vacías salen voces que cuentan historias ocultas en las grafías de las piedras de los caminos y en los rastros de musgo que dan cuenta de una escritura de un idioma hablado por ellas. Una memoria que también descansa en el agua de los ríos y en sus cauces.

mulleres rural sarreaus 6Las hemos visto caminando por las rutas de las aldeas, en muchas ocasiones coinciden en diversos puntos con las conchas que van señalando “El camino de Santiago”, a las personas que están en el peregrinaje, pero hay otras veredas, nuevos ramales que han permanecido ocultos a los espacios turísticos, resguardando quizás antiguos secretos celtas o la cultura romana, las cruentas y mortales circunstancias propiciadas por los inquisidores y los gritos de muchas mujeres silenciadas por la historia.
Estas mujeres dan vida a las iglesias, a las capillas, a los fornos y a las piedras sanadoras. Hemos realizado algunas andainas con ellas, recordando la oración de las caminantes, conocedoras de las capillas, las historias de las familias que algún día ocuparon estas casas, de los santos que están dentro y fuera de las iglesias, mostrados en imágenes antiguas o nuevas.

Esta ruta das mulleres do rural de Sarreaus es muy particular, hemos podido ir con ellas al reconocimiento de La iglesia de San Salvador de Rio Freixo en Sarreaus. y su capilla que lleva el Dulce nombre de María. En Portela de Quintas visitamos La capilla Nosa Señora dos Remedios, y de paso por Perrelos realizamos un pequeño encuentro en La capilla San Bartolomé de Perrelos, y en Freixo y Freande La capilla de San José de Freixo y la Capilla Virgen del Pilar de Freande. Andan ellas también por Folgoso y Cortegada en La capilla de San Nicolas de Folgoso y Cortegada. Ciertamente estos centros religiosos patrimoniales se preservan y mantienen gracias a la labor de las mujeres y algunos de sus maridos que mor que ellas profesan se animan algunos y las ayudan.sarreaus 1-penedo de Arangaño

Estas andainas nos revelan sus conocimientos y a la vez podemos descubrir con ellas la riqueza y la energía de estos lugares.
En una ocasión vamos desde Sarreaus a Perrelos, y entre chistes y juegos nos hacemos una foto con una maleta que alguien dejó al lado de un contenedor de basura, tal vez sería de algún migrante y ya pasado el tiempo cumplida su misión fue desechada.
Vamos descubriendo en la experiencia del camino a pie, piedras milagrosas que permanecen en el bosque unidas a la vegetación, y los árboles, haciendo una amalgama de vidas minúsculas, entrelazadas y cercanas a las hierbas sanadoras. Existen brebajes para espantar a los malos espíritus y ellas preparan arreglos florales de una belleza inusual en las festividades religiosas, y en el día a día de sus casas y lugares de encuentro.

Se deciden en el Entroido a revivir al carnaval, como fiestas donde coexisten las tradiciones paganas y las cristianas. Vamos buscando el conocimiento de los mayores dicen ellas. Las tradiciones siempre permiten recordar lo que hacían los padres y abuelos muertos y dejan la sensación de su presencia. Inventan disfraces y preparan comparsas. Hacen grandes comidas no forno do pobo de Sarreaus y esos días invitan a todo el que quiera venir. Son la alegría viva de la fiesta, la rememoración, el antiolvido, el disfrute carnavalesco. Ser lo que se quiera ser. Vestir como se quiera. Inventarse por esos días y seguir.

“Yo siempre fui muy libre y no le di importancia a lo que decían los demás. Me gustaba vestirme a mi gusto. Fui la primera en aprender a manejar un tractor y en el pueblo me veían extraña pero lo hice, hay que decidirse. Nos confiesa Rosita Gómez Gallego.

Ellas se ocupan y preocupan de los ríos, las fuentes de agua, los manantiales y algunas hablan de los molinos con cierto dejo de tristeza y morriña. Refieren que había pueblos que tenían hasta seis molinos. El agua sirve para la vida, para aplacar la sed y para mantenerse en calma o sanar una enfermedad.

Hemos visto no forno a las mujeres rurales de la zona quienes nos relatan la importancia de esas pequeñas cosas que se hacen todos los días y muchos días seguidos. En este momento, en algún lugar, un grupo de mujeres están limpiando las capillas, abriendo las iglesias, cuidando las imágenes y las reliquias o visitando con algún enfermo los lugares de sanación e impulsando a sus maridos a restaurar “os fornos comunitarios dos pobos” .

sarreaus 2-horno de PortelaEllas cuidan lo que no se ve…las expresiones subjetivas de los valores patrimoniales culturales y los valores naturales, como si fueran ellas mismas parte de ese paisaje. Trasmiten la historia vibrante e falan das partureiras que las había en todos los pueblos y atendían a cualquier hora y a cualquier mujer. Sus nombres están ocultos y a veces se muestran dejando escuchar las voces ancestrales de mujeres indómitas y apasionadas por la luz de la vida en cuerpos de niños que salieron al mundo, y en cuerpos de niños y niñas que no medraban y otros que vinieron por breve tiempo a conmovernos y luego se fueron dejando su energía y su vibración en las piedras, en la vegetación, en el agua y en los modos culturales. De vez en cuando señalan sus casas y hablan de la migración forzada por la necesidad.
Nos encontramos con Florinda Rodríguez Diaz, Alfonza Justa Granja, Isabel Garrido Garrido y Rosa Gómez Gallego. Casi todas ellas han sido migrantes.

Florinda Rodríguez se casó muy joven y ambos marcharon a Francia y regresaron ya jubilados, Fonsa viene de Porto de Sanabria y se instaló aquí en Sarreaus con su marido gallego, Isabel Freixo, su madre fue migrante y ella tuvo que salir a Madrid, llegó allá llorando y luego ya fortalecida se marchó a Alemania.

Todas ellas aún profesan la fe cristiana, son mujeres grandes y una que otra joven que se distingue del resto. A muchos de los jóvenes esto no les va, pero ellas están unidas a los peregrinajes, a las oraciones y también al descubrimiento y cuido de la historia. Son peregrinas y relatan sus fuerzas e intercambios en el peregrinaje, sus modos de compartir la comida y sus propias vidas.

“Nos dimos cuenta de la importancia de las iglesias y las capillas. Son muy antiguas y muchas de ellas están cerradas, son un patrimonio que es necesario resguardar. No podemos permitir que se pierda. Nos ponemos de acuerdo para limpiarlas, abrirlas y mantenerlas…

También ayudaban a preparar a los muertos. A esas iglesias que se les da tan poco uso va gente los domingos, hacemos las novenas y vamos hasta a Santiña dos Milagros.

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Son unas entusiastas de la música tradicional y preparan la música, las gaitas, las panderetas…

“Hemos llegado a cocinar hasta 1000 huevos y matar tres cerdos en los domingos de carnaval después del desfile. Preparamos las bebidas, el vino, el chocolate.

En Corpus Cristi hacemos alfombras florales en la entrada de las iglesias…se utilizan flores, arena, castañas, piñas, bellotas y se rezan las oraciones a la virgen… (Virgen sagrada María yo me ofrezco en este día en alma vida y compasión. No me dejes Madre mía y danos tu bendición…) La que más se distingue haciendo estos arreglos en Francisca Rodríguez-La Paca, ella diseña los dibujos y todos ayudan.

Antes había mucho tabú. Los hijos se parían en las casas, cas partureiras y a las niñas poco se les explicaba de su desarrollo menstrual. Las mujeres nos escondíamos mucho. Se utilizaban pañales de tela. Yo los usé. Se cortaban las sabanas viejas y se usaban pañitos de tela

Mientras tomamos un chocolate caliente, alguien se acuerda de los momentos duros de la pandemia, en los cuales Sarreaus estuvo confinado…

“La pandemia nos sorprendió a todos y el pueblo tuvo que estar en cuarentena. Murieron varias personas del pueblo y otras quedaron muy afectadas. En esos tiempos se lloraba y lloraba. Hubo gente como o Camilo da Ita que aprovechó el confinamiento para escribir las memorias de Perrelos y escribió un libro.

Sabemos de este libro, Camilo Brandín se lo ha regalado a la Asociación. Su autor lo tituló “Recordos d un pueblo (Perrelos)”. Vale la pena leerlo, nos alerta de la pérdida de los nombres, de las canciones, del idioma y la preservación de los lugares naturales.

“ Ya casi ninguen sabe cómo se chamaban os distintos nomes que se lle daban ós montes do término nin os motes das familias. Cando entón lle preguntabas aljén: ¿e lojo, ti prónde vas? Sempre respondían cun nome propio. Vou eiqui con amigo. Chanquiñas ata fonteira, a Penijidoira, para calciña, pro vieiro…” (Brandin Camilo, Recordos d un pueblo (Perrelos), pág 19).

Entre historia e historia la pandemia toma su lugar porque Sarreaus fue muy impactado y todavía están saliendo de ella.

“En realidad era el miedo el que más afectó, porque teníamos comida, los congeladores estaban llenos, pero aparte de la afectación física estábamos afectadas emocional y lentamente nos hemos ido recuperando, aunque aún muchas familias no han podido hacer los duelos por sus muertos-no se les permitía asistir a los entierros…de los muertos queda la memoria de nuestros recuerdos”. Son palabras de Fonsa quien muy sabiamente nos explica la situación emocional de la gente.

Entendemos que muchas de estas historias de Sarreaus están grabadas en libros de piedra y en ocasiones son memorias de los ríos que también guardan una memoria dentro de ellos. Ellas hablan del agua con preocupación por el cierre para el baño del embalse das Conchas por su alto nivel de contaminación.

En su conversación recalcan la importancia de proteger el rio Limia que nace en Paradiña y pasa por Couso, Freixo, Sarreaus, Perrelos hasta llegar a Xinzo de Limia.

“Debemos recordar que este río en tiempos tenía troitas no lo dejan limpiar está ciego y el agua se va desviando. El cauce está destruido y los molinos están cerrados. (Isabel)

Tenemos en cada pueblo manantiales y fuentes que tratamos de mantener en Freixo, Paradiña, Perrelos, Tanazo, Fonte Galega, Padroso, en Lodoselo, en Portela. Estas aguas debemos protegerlas. En muchos lugares aún se usan y en otros ya no se usan. Esa era el agua que se bebía y se usaba para cocinar…

Nos hablan con interés de El penedo de Arangaño que se encuentran subiendo desde el centro de Perrelos a o monte dos castelos..!cuantas mujeres, cuantas familias no han venido hasta este monte! Al lado de esta gran piedra originaria trajeron a sus hijos enfermos, con tanta fe en la fuerza y el poder de estas piedras curativas, que algunos realmente se curaban. Nos preguntamos dónde estarán estas pruebas, estos niños: ¿Se habrán curado realmente? ¿Andarán por el mundo sabiendo de tales historias o las desconocerán?

Nos surgen los recuerdos de otras piedras sagradas del mundo. Las mujeres se interesan por esta historia y quieren saber más es lo que suscita que una de ellas nos cuente cómo en algún momento se han querido llevar o penedo de Arangaño y cómo también evitaron en conjunto con las familias esa acción.

En una segunda conversación nos vamos a visitar el pueblo de Portela para conocer o forno recuperado y luego seguimos a Perrelos para conocer el Penedo.

Hay una sensación de extrañeza, silencio y una energía vital en Portella, en la entrada, en el medio de esas casas cerradas están os veciños do pobo orgullosos de su historia y con mucho afecto nos muestran los caminos entre las casas, por todos lados crecen flores, podemos ver la fuente dónde anteriormente tomaban el agua para el consumo, frente a ella crecen los kiwis de una enredadera y su dueño nos dice que cuando estén maduros vengamos a buscarlos. Nos abren o forno, de gran belleza, totalmente recuperado y podemos conocer al Odilo da Sira el responsable de esta reconstrucción. El horno parece estar clamando por la leña para calentar y volver a nacer de nuevo a los olores del pan recién hecho y a la empanada gallega.

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Finalmente visitamos el Penedo de Arangaño. Se siente una energía concentrada en esas enormes piedras que parecen animales antiguos dormidos, descansando a la vereda del monte, subiendo desde el centro de Perrelos, donde por primera vez vemos a los vecinos reunidos riéndose y a varios niños jugando nos cuentan que están de vacaciones.

Regresamos nuevamente a Sarreaus, allá se quedan as mulleres rurales, en su afán de proteger el patrimonio cultural y natural. Desde lejos Florinda, Fonsa Justa, Isabel y Rosa nos entregan unas bolsas de manzanas y tomates de sus huertas y se despiden de nosotras.

Días mas tarde pude conocer por vía telefónica a Maribel Valdivieso Varela artista gallega que coloca su pasión en la tierra gallega, en los paisajes, en su idioma, pintando y fotografiando paisajes y valados y restos arqueológicos. En sus obras se puede ver a una Galicia llena de luz y color como ella misma menciona, incluyendo la palabra protección del patrimonio como lo hacen naturalmente con la fuerza de sus vientres as mulleres del rural de Sarreaus. Sus voces se escuchan fuertes y nos cuentan sus descubrimientos en la ruta milagrosa de estos pueblos.

R.M.T.B.