“Mulleres”

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“Mulleres”

Elisa Cadaya

“La poesía es la belleza de todas las cosas hasta las más terribles…”

Libeslay Bermúdez-Poeta venezolana

“El arte y la poesía de cuidar”

Tenemos frente a nosotros a una mujer pequeña y delgada, su mirada es una llama, de pies y cabellos eléctricos, muy carismática. Mujer colibrí que apacigua su angustia vital y se desgrana en atenciones hacia personas enfermas, hospitalizados, mayores y dependientes. Hace confesiones y sugerencias. Algunas, forman parte de su espacio íntimo. No se revelan. Otras, son enseñanzas sobre los cuidados. Se dedica a la enfermería, pero su presencia está más allá, un poco más allá, en la comunidad, en los pueblos y formando a personas que cuidan. Su hogar y sus hijos son los cuidados más amados. Prefiere cuidar a ser cuidada. La gente la busca, quieren ser atendidos por ella. Es iniciadora junto a Lola Rico, de la Escola rural de saude da Limia. No es fácil seguir su ritmo. Dentro de su alegre energía convocante hay una mujer exigente y disciplinada con su manera de relacionarse, comer y formar. Es un paisaje espiritual múltiple, de rigor, sencillez y exigencia, consigo misma como parte de lo que considero “el arte poético del cuidar”. Dice un No rotundo, cuando se trata de violencia, consumo de alcohol y sustancias que alteren la salud, la conciencia y la paz de un lugar y sus gentes. “Las cosas hay que hablarlas”. “las personas dependientes tienen derechos, no podemos aceptar que se hable por ellos. En ocasiones, las mujeres dependientes son abusadas”.

Elisa cadaya y Rosa Trujillo-OrenseNació de parto natural, en Hoff-Saale Munich- Alemania, el 8 de noviembre de 1970. Pertenece al signo de escorpio, si tuviese que ser un animal sería una gallina, seguramente cuidaría celosamente sus huevos. Sus padres: Víctor Cadaya Estévez y Roció González Martínez nacieron en Troncoso-Astariz, en Castrelo do Miño. Pertenece a una familia de tres hermanos, es la hija del medio. A la edad de nueve años, la familia regresa a Troncoso-Astariz. Hablaba exclusivamente alemán, hoy lo ha olvidado, uno de sus hermanos hablaba turco. Su casa era un espacio plurilingüe y babélico. “En el rural de Galicia en aquella época mia se priorizaba el trabajo a los estudios y sentía un poco de rabia al pensar que ahora debía dejar los libros y coger la azada, eso era lo que peor llevaba. Eso me impulsó a estudiar. Yo quería más bien estudiar que trabajar. Siempre empaticé mucho con los problemas de las personas, ayudar a los que lo necesiten y lo sigo haciendo”. “No me causó trauma ninguno regresar. No tuve añoranza. Pocas veces íbamos al parque. En Alemania, cada uno iba a lo suyo. Se me olvidó todo el alemán. No tengo ni idea”. Para mi mejor cando llegue a Galicia, porque estaba en el pueblo, con los abuelos, los vecinos, en las casas de todos. Comenzó a estudiar en el colegio público de Astariz, del mismo, la sacaron a los veinte días, por no saber hablar español, ni gallego, la enviaron a su casa. Posteriormente fue al internado de monjas: “Hijas de la caridad”, tutelada por la protección de menores hasta los dieciocho años. Estudió en el colegio: “La Milagrosa” de Maceda. Se graduó de técnico en jardín de infancia. Se dio cuenta que no se sentía feliz y decidió estudiar enfermería.

¿Qué significan para ti los cuidados?

E.C.: Los cuidados hay que planificarlos, deben ser individualizados con relación a su patología de base, para cada paciente se desarrollan los objetivos que has propuesto. En muchas ocasiones, ves que ese cuidado es como lo has querido objetivar, otras veces, no se puede llevar a cabo. Por ej., un paciente con ICTUS si no puede hablar, debemos saber interpretar sus emociones y gestos, hablarle de lo que se puede hacer y lo que el quiere. Es muy importante empatizar.

¿Qué le sugerirías a las personas cuidadoras?

E.C.: Le diría que van a atender a un ser humano. No son piedras, ni muebles. Debe saber y averiguar qué tipo de cuidados requiere la persona que va a cuidar. Debe establecer una relación de afecto con el paciente. La empatía surge de un sentimiento mutuo. Establecer una relación de confianza. Colocarse en el lugar del paciente. Muchas veces, las personas que cuidan no entienden a los enfermos graves. Hay pacientes que no trasmiten emociones, pero si sienten. El paciente está escuchando. Muchas veces, hay que preguntar y responder al mismo tiempo. Por ej., hoxe tes un mal día. Non estas ben... Hay que leer en sus gestos, en sus expresiones. Si llora. Si no llora…

¿Cuáles son tus sueños?

E.C.: Montar una residencia de ancianos. Mi debilidad siempre han sido las personas mayores. Son muy agradecidos. Me gustaría, pero no sé si llegaré a lograrlo.

¿Qué le sugieres a la juventud?

E.C.: Que tengan los pies bien puestos en la tierra, que empiecen desde abajo, desde cosas pequeñas y se proyecten a cosas más grandes. Que estudien. El que puede debería estudiar. Les sugeriría que no tuviesen una vida superficial. Los niños bien encauzados tendrán buen futuro. No es solo una cuestión de dinero, aunque evidentemente da más posibilidades. Es muy importante la educación que reciben en su casa. Los padres deben estar para sus hijos, organizarlos y orientarlos Les diría que a las gentes mayores hay que atenderlas y no apartarlas.

Taller en la ESCOLA RURAL DE SAUDE DA LIMIA

Taller dirixido por Elisa Cadaya na Esola Rural de Saúde da Limia

¿Qué le dirías a las mujeres que sufren maltrato en sus casas, violencia doméstica o sexual?

E.C.: Muchas veces permanecen por miedo. Les diría, que lo que a ellas no les gusta que le hagan no dejen que luego se los hagan a los demás, sus hijos, sus familiares. Muchas veces aguantan por miedo. Si tienen mucho miedo deben buscar ayuda profesional o de alguna organización que las apoye. Yo les diría que no soporten el maltrato solas. En ocasiones la voz de la vecina no es la correcta. Debemos buscar ayuda profesional. El miedo hay que dominarlo, por ej., el que nos deja la pandemia.

Nos hablas del cuidado como un espacio fundamental de encuentro y comunicación. Hay un personaje San Francisco de Asis…decía que hablaba con las plantas, los animales, la luna… ¿Qué piensas de eso?

E.C.: Estoy de acuerdo. Todo ser vivo reacciona. Si la planta la tratas bien, ella te responde con sus hojas, sus flores. Los pájaros, si cantan, están vivos y felices. Tenemos siempre una respuesta de ellos, sean plantas o animales. Aunque no creamos mucho en el más allá, a veces, hay signos, respuestas de otras presencias.

¿Qué piensas de la Escola rural de saude da Limia?

E.C.: Es una escuela donde se pueden desarrollar cosas que sabes. Se puede cuidar a los demás más y mejor. Es una escuela transversal. Toca los distintos aspectos de la vida, hasta la muerte. En el caso mío trato de ayudar para que la gente se vaya con el menor sufrimiento posible. Ayudarles a abandonar este mundo, les digo que siempre alguien querido los está esperando. Les hablo de buscar una salida, un camino, para irse. Con el COVID-19 lo viví. Me emociono con ellos. Cuesta mucho, lo que pretendo conseguir es que baje la intensidad. Hay que hablar con ellos, necesitan una paz. Aunque a mí me gusta más actuar que leer, entiendo que hay libros reveladores. En mi caso, leí el libro “Coma” del Dr. Robin Cook, inicialmente pensaba que los enfermos inconscientes no escuchaban, ni sentían, pero después se dio cuenta que, si estaban recibiendo la información, por lo tanto, no es conveniente hablar a su lado pensando que no entienden o no escuchan. Hay que aprender a cuidar y a escuchar los silencios de los enfermos.

Rosa Trujillo

Escola Rural de Saúde da Limia