Espaldarazo da Valedora do Pobo ao Escola Rural de Saúde da Limia

Despues  de dos meses, se realizó el cierre de la exposición, “Mulleres símbolo do rural”, de la Asociación escola rural de saude da Limia en un acto cargado de emoción, y a la vez de profundidad en la sede de la Valedoría  do pobo de Galicia. Dolores Fernández Galiño, a Valedora do pobo, ha seguido el recorrido de esta propuesta desde sus inicios, y con mucho tino abrió las puertas da Valedoría para que una muestra de mujeres del campo gallego, de los pueblos y aldeas  estuviesen revitalizando el espacio político institucional con su participación activa, sus voces, sus historias, sus gaitas, y  panderetas.  As Rebulideiras de Sarreaus, iniciaron el recorrido desde la entrada hasta el salón de la exposición. Se pudo escuchar la voz de la gaita y alguna cantiga antigua preservadas aún como un verdadero tesoro que activa la memoria y llena de gozo el corazón, haciendo de las cosas de las mujeres el alma de la tierra. Sin estas historias nuestro planeta estaría huérfano de su metáfora erótica y espiritual.

Mulleres símbolo do rural, es la puesta en escena de fragmentos de la historia de vida de mujeres del rural gallego. Sus nombres propios, breve dimensión de sus vidas, como fotografía narrativa de un símbolo, una representación que contiene a muchas otras mujeres que se entrecruzan en distintos tiempos. El símbolo en ocasiones ha permanecido oculto, y en otras, se persigue y se mata, construyendo estados que se dicen de todos, pero que históricamente han silenciado a la mitad de su población. Hacer y construir una utopía de inclusión es el reto.

Esta propuesta mostrada en la exposición es un sencillo homenaje a todas las mujeres, a las que están y también a las que aun habiendo sido entrevistadas decidieron no estar. Es la continuidad de una propuesta educativa que manteniéndose en el tiempo puede cruzar con visión el camino de Santiago haciendo la ruta de las mujeres y sus aportes.

En esta ocasión, “a partureira do pobo”, Genoveva Vázquez Calviño fue nuevamente el gran símbolo. La mesa era presidida por Dolores Fernández Galiño, valedora do pobo galego y valedora de las mujeres, Lola Rico Barrena, coordinadora de la Escola rural de saude da Limia quien desde sus palabras recordó a tantas mujeres que nos han dejado su legado y agradeció el espacio de la Valedoría para mostrar este recorrido, Jaione Camborda Coll, directora de la película, “O corno”, quien hizo suya la imagen de Genoveva y recordó el trayecto y la persecución de las parteras gran motivo escogido por ella como argumento de su película merecedora del premio Concha de oro, en el festival de San Sebastián.

Posteriormente hablaron las mujeres, a quien es necesario mencionar, Mariluz Ruibal, de Arnuide quien hizo del humor un elemento esencial para recordar con alegría y con cierta ironía que el día no alcanza para la cantidad de responsabilidades que las mujeres llevan en sus espaldas, sin embargo, la creatividad y un tono jocoso permite el cambio. El esposo de Florinda Gómez, la maestra de Arnuide  conocido por todas como pepe hizo homenaje a su esposa y recordó las épocas duras en el campo cuando se sentía la presencia de la dictadura y los estragos de la guerra seguían tiñendo de escasez los campos de España.

Quien les habla ha escrito estos fragmentos narrativos y fue dando paso al resto de las mujeres, algunas con sus textos escritos y otras manifestando de viva voz sus sentimientos al presentarse mostrando el valor de sus proyectos, historias y emprendimientos. Lola Rico recordó las palabras sentidas de Marcia Diéguez, una mujer de origen gallego que vive en Santos, Brasil, trabaja desde el centro español haciendo una gran labor cultural, y ha hecho de su vida una búsqueda de sus orígenes ancestrales gallegos, de aquellas mujeres migrantes que salieron de las aldeas en búsqueda de una vida mejor y construyeron ciudades fuera del continente europeo. Manuela Diz, natural de Couso de Salas, Muiños, recordó su aventura al convertirse en una de las primeras constructoras de casas adquiriendo todo el conocimiento necesario para llevar adelante una obra, dedicándose posteriormente a los cuidados. Aquí sus palabras,“por último quero decirlle as mulleres, que non teñan medo a nada, somos mais fortes do que pensamos, temos que enfrentarnos a vida sen medo, xa que somos valentes e loitadoras”. Alfonsa Justa Granja, de Sarreaus nos recordó desde sus palabras como  desde Sarreaus, se han convertido en  cuidadoras del patrimonio cultural, las iglesias, os fornos, el entroido, los conocimientos que han ido trasmitiendo para las próximas generaciones. Ella era la que entonaba la gaita mientras el resto de las mujeres tocaban las panderetas, realizó un merecido agradecimiento a Dolores Fernández Galiño, a Lola Rico y a Rosa Trujillo.

Pudimos escuchar de viva voz a María del Carmen Losada, de Ganade, una mujer que ha ido adquiriendo con los años el conocimiento del manejo de la granja de cerdos y los cuidados necesarios para la crianza, y la salud de estos. Sus destrezas se han enriquecido en el intercambio con los veterinarios, es una muestra de cómo cuando les damos a las mujeres herramientas técnicas se convierten en empresarias de éxito junto a sus familias superando el miedo. Y qué decir de María Concepción Ferreiro, nos recuerda que la edad puede ser un impulso para realizar nuevos emprendimientos, en su caso, la verdadera terapia ha sido una plantación de arándanos que ya tuvo sus primeras cosechas y ha comenzado a vender con el apoyo de sus hijas. Lo más inspirador es su capacidad de observación y de comunicación con los animales a quienes les habla haciendo que su vida tenga sentido y pasión.

La última intervención fue de Sandra Vásquez, secretaria xeral de Igualdade quien dejó abierta la puerta para apoyar y reconocer a proyectos de este tipo.

La escola rural de saude ha podido ir extrayendo experiencias, y conocimientos de todas las mujeres con las cuales ha tratado, sin ellas no sería posible este trabajo; y la alianza con este espacio institucional que dirige Dolores Fernández Galiño lo ha potenciado, porque  ha sabido abrazar, apoyar y dar un empuje a las mujeres para que la institución sea participativa y esté llena no solo de conocimiento técnico sino también de los afectos de las mujeres del rural gallego.

El acto concluyó con Matilde Gándara Mandianes la primera mujer fotógrafa de la zona de la Limia, quien entonó con su natural dulzura la cantiga de los tres casamentos, cantada desde mucho tiempo atrás en la feria acompañada por Mariluz Ruibal tocando el plato.