Antagónico (6)
“Forum Limicorum Musical”
Los seres humanos actuamos impulsados por el eros, o impulso de vida y el thanatos o impulso de muerte. Sigmund Freud construyó la teoría del psicoanálisis para explicar la personalidad y para tratar a pacientes y lo siguió desarrollando a lo largo de toda su vida. Sufrió las consecuencias de la guerra y la discriminación por ser judío, Sus libros fueron quemados en la noche de la quema de los libros por los nazis y el junto con muchos otros artistas y científicos fueron expulsados de Alemania.
Estamos entre esas dos
polaridades, a veces asombrados por nuestras propias reacciones. Estos días nos
ha sorprendido la mañana y se ha despedido la noche con noticias de guerras, la fuerza del thanatos, la fuerza
de la muerte. El imperio de la crueldad en Gaza nos hace recordar el holocausto.
Los anuncios de guerras mundiales incrementan la inseguridad psíquica. Todo
empieza a cobrar otro significado. La vida se ensombrece al pensar que se
siguen repitiendo situaciones que creímos superadas, la crueldad extrema, el
sin sentido, las decisiones unilaterales, nos llenan de incertidumbre.
En una experiencia y estado de
conciencia buscamos la paz dentro de
nosotros mismos y la descubrirnos impulsados por alguna de estas tendencias para
poder orientar nuestras vidas. En la actualidad estamos al borde de un colapso
mundial. Habría que rezar, escribir, hacer música, cantar, plantar árboles, hacer
el amor, lo que nos coloque en contacto con el oficio de estar vivo, de vivir,
de crear.
La idea de planificar un “Forum
Limicorum Musical “, en Xinzo de Limia, en Galicia, como actividad previa a los
sucesos festivos del Esquecemento cobró una dimensión de grandísima importancia
para mí. Fue una experiencia muy esperanzadora y gratificante. Después de
escuchar tantas noticias sobre la destrucción de ciudades y de vidas,
especialmente vidas de niños y jóvenes.
Tener la oportunidad de ver al Conservatorio de Xinzo de Limia en pleno y escuchar
los coros de niños dirigidos por mujeres creo sin temor a equivocarme que fue
un impulso de vida y de esperanza para este pueblo, pero también para el mundo
que está al borde de un abismo nuclear de grandes dimensiones.
La Asociación Civil Civitas
Limicorum, El Conservatorio de Xinzo de Limia, en Galicia, con la colaboración de
Hípica Celta y del Ayuntamiento de Xinzo y la presencia de sus autoridades
haciendo de una plaza un espacio de feria musical es una gran idea que
contribuye a generar esperanza y amor en un momento de especial dificultad para
el mundo. Me hizo recordar los esfuerzos y palabras del gran director Daniel Barenboim
por generar un acercamiento entre el
pueblo judío y el pueblo Palestino. “…La música es todo al mismo tiempo, nunca
ríe o sonríe, la música nunca llora, la música ríe y llora al mismo tiempo”.
Ver casi a cien músicos en escena
y sentir los coros de niños cantando en español y gallego me permitió pensar que
la música al igual que la danza es siempre la posibilidad del encuentro y el
diálogo profundo más allá de la palabra.
Entre otras piezas pudimos
escuchar “Antigua Roma” de María Costumero traducida al gallego y “1492:
Conquest of Paradise”. Toda la plaza se llenó y había gente de pie escuchando.
Fue un gran comienzo de las fiestas próximas del Esquecemento que convocan a tanta
gente y nos permiten concluir que la mayor conquista que podemos hacer es la
del eros, la del amor, la de la paz, la del encuentro con lo que nos pueda
permitir rozar la trascendencia, y como decía John Lennon el gran cantante y
compositor de los Beatles, démosle un chance al amor, démosle un chance a la
paz.
En esta ocasión agradecemos especialmente
al conservatorio, su directora, y a todas las directoras participantes, a todos
los músicos y muy especialmente a los niños que participaron en este hermoso
concierto dándonos momentos de esperanza y alegría y a Marcos Argibay de la
Asociación Civil Civitas Limicorum quien nos dio algunas referencias para esta
entrevista, en medio de un gran agradecimiento a los aportes de Carlos Gómez y
en medio también de amorosos y dolorosos recuerdos.
Rosa Trujillo Bolaño