Lo suave y lo áspero
Antagónico 8
Gaza; la rosa ofrecida en el campo de exterminio.
Lo suave es la piel de un niño. Los pétalos de una rosa. El cabello canoso y escaso de un anciano o la caricia de una mano cuando estamos viviendo en la extrema soledad. Lo duro es una piedra y aún ella tiene un corazón de algodón. Lo mortal, lo áspero atraviesa la piel de los niños gazaties en el campo de exterminio en que han convertido a Gaza, y los transforma en una costra cochambrosa. La vuelve rugosa y sin oxígeno. Ellos envejecen tan rápido que se vuelven ancianos sin haber tenido sino una brevísima historia. Tal vez, son espíritus que nos vienen a demostrar que nunca hemos salido, que tal vez nunca saldremos de la dicotomía y que por ahora vence la maldad y la crueldad. La conciencia del exterminio de una supuesta guerra es matar para ganar. Lo que creíamos suave se vuelve duro y áspero.
La rosa ofrecida termina en las manos
inmensas de los gigantes de la producción de armamentos. Ellos son la escritura
viva del libro de nuestra historia. La letra que habla de nuestra sombra. Lo
áspero es descubrir que esa letra no construye una palabra que muestra la creación, de la insistente experiencia
apasionada de la vida. Esa palabra amorosa existe sólo en la conciencia del que
cree que las letras, las palabras y los números son diversos y la esencia del
número sagrado es la interdependencia del bien y el mal. La coexistencia del
idealismo con la suprema señora de la avaricia, la mentira y la verdad es un
acto de resistencia.
Lo justo, lo necesario es ser, ser,
ser lo que somos sin pensar en nada más e iniciar la búsqueda de lo que creemos
justo, aún sabiendo que puedes caer y tendrás que levantarte todas las veces
hasta que ya no puedas levantarte más.
Si, la prueba son esos miles y miles
de niños que mueren destrozados por las bombas, atravesados por disparos
certeros o de hambre y de sed en el campo de exterminio en que han convertido a
Gaza. Todo se repite con uno u otro pueblo, con una u otra ideología en uno u
otro lugar del planeta; y por ahora gana el gobierno de Israel arrastrando así
al pueblo judío.
Lo áspero es la herrumbre en el alma
de lo que desesperadamente combatimos dentro de nosotros mismos. El reto sería
poder superar la fragmentación. Tal vez rezando en Unidad, acudiendo al Uno, a
la poesía como palabra sagrada, al amor en su justa dimensión poco conocida
pero posible.
Rosa Trujillo Bolaño