​ Vida y muerte

​ Vida y muerte
Antagónico (5)

Nada es más misterioso y difícil de definir que la vida y la muerte. Ante estos sucesos o experiencias nos quedamos indefensos. Son las primeras, son las últimas palabras. Y aún así las últimas no significan el final. Estamos siempre ante el comienzo de algo desconocido y sagrado, sometidos a la transformación. En cualquier espacio y sin la acción humana la vida crece de distintas formas. Bajo distintas apariencias, como animal, como vegetal, como piedra, como naturaleza viva, bosque, desierto, laja, rio, mar. Todo, absolutamente todo, late e intercambia energía. Los seres vivos se nutren los unos de los otros, en una interdependencia, en un continuo vaivén. Todos los seres vivos poseen un lenguaje, una memoria un espíritu. Son los encargados de trasmitir el misterio poético y filosófico esencial. El misterio infinito de la creación universal.


árbol cortado

Los árboles son los únicos productores, son transformadores de la energía solar, crecen sin ayuda, albergan a muchas vidas. Son la casa próxima para resguardarse cuando hace calor, para taparse del fuego abrasador que puede enviar el sol. Son el lugar, casa de juego de los niños.

Cuando una sociedad arranca arbustos y rosales que pueden tener muchos años declarando abiertamente la muerte de la armonía floral y el canto  producido desde el movimiento de sus pétalos excluyendo esa belleza, cuando la entrada a un parque son dos testimonios brutales de lo que termina bajo la sierra sin explicaciones, cuando el recorrido de ese parque nos muestra cruces rojas o azules en los árboles. Esa sociedad está extraviada y confundida. Le coloca poco a poco precio y fin a la vida, vida.

Recuerdo que en la India las mujeres campesinas para enfrentarse a la tala de los bosques crearon el movimiento Chipko que significa exactamente -abrazar la vida- y se abrazaban a los árboles para que no los cortaran en señal de denuncia. Inspiradas en la filosofía Gandhiana de la no violencia. Vandana Shiva la gran científica y filosofa hindú las acompañaba.

La terapia de abrazar los árboles es gratuita y complementaria a la palabra humana.

Abracemos los árboles, sintamos su energía y lo que nos comunican. Seamos revolucionarios naturales, no sigamos con el exterminio del abrazo y el silencio del canto de los pájaros.

Abracemos la vida, dejemos que la muerte venga como esencia transformadora naturalmente. Abracemos esa energía vital.

Rosa Trujillo